miércoles, 3 de marzo de 2010

La Tregua - M. Benedetti

Hace un par de semanas leí este libro y me encantó, por su espíritu simple, cotidiano, sincero, tierno, imperfecto y verdadero: natural.


Estas son las partes que más me gustaron o me llamaron la atención:

Lo que menos odio es la parte mecánica, rutinaria de mi trabajo... Ese tipo de labor no me cansa, porque me permite pensar en otras cosas y hasta (¿porqué no decírmelo a mi mismo?) también soñar. Es como si me dividiera en dos entes dispares, contradictorios, independientes...

...un borracho me tomó del brazo y dijo: " ¿Sabés lo que te pasa? Que no vas a ninguna parte"
Ya hace cuatro horas que estoy intranquilo, como si realmente no fuera a ninguna parte y SOLO AHORA ME HUBIESE ENTERADO.

La seguridad de saberme capaz para algo mejor, me puso en las manos la postergación...

Jubilarme por ejemplo. (EL PROTAGONISTA TIENE 49 AÑOS) Es una aspiración naturalmente, pero es una aspiración en cuestabajo. Sé que va a llegar, sé que vendrá sola, sé que no será preciso que yo proponga nada.
Así es fácil, así vale la pena entregarse y tomar decisiones.

La técnica fue de picoteo...(EL PROTAGONISTA ES VIUDO) Una especie de inconsciente resistencia a comprometerme, a encasillar el futuro en una relacion normal, de base permanente ¿Por qué todo eso? ¿Qué estaba defendiendo? ¿Mi libertad?...puede ser. MI LIBERTAD ES OTRO NOMBRE DE MI INERCIA.

Mañana pensaré. Ahora estoy cansado. También podría decir: feliz. Pero estoy demasiado alerta para sentirme totalmente feliz. Alerta ante mi mismo, ante la suerte, ante ese único futuro tangible que se llama mañana. Alerta, es decir: desconfiado.

Cuando además de desgraciado uno se siente opaco, cuando no queda sitio para la rebeldía, el sacrificio o la heroicidad, entonces hay que llorar sin ruido, porque nadie puede ayudar y porque uno tiene consciencia de que eso pasa y al final se retoma el equilibrio, la normalidad.

Se había levantado así (SU NUEVA CHICA...DE 24), envuelta en la frazada, y estaba junto a la ventana, mirando llover. Me acerqué, yo también miré como llovía, no dijimos nada por un rato. De pronto tuve consciencia de que ese momento, de que esa rebanada de cotidianeidad, era el grado máximo de bienestar, era la dicha.
(ESTA ES LA PARTE QUE MAS MÁS ME GUSTA)

Ese mar es una especie de eternidad. Cuando yo era niño, él golpeaba y golpeaba, pero también golpeaba cuando era niño mi abuelo. Una presencia móvil pero sin vida. Una presencia de olas oscuras, insensibles. Testigo de la historia, testigo inútil porque NO SABE NADA DE LA HISTORIA.

Lo que más me gusta de vos, es algo que no habrá tiempo capaz de quitártelo. (LE DICE SU CHICA)
...Que estás HECHO DE BUENA MADERA.

Estoy fatigado del disimulo, de ese disimulo que uno se pone como una careta sobre el viejo rostro sensible.

Me quedé en casa y leí no sé cuántas horas, pero sólo revistas. No quiero hacerlo más. Me deja una horrible sensación de tiempo derrochado, algo así como si la estupidez me anesteciara el cerebro.

(LE DICE UNO DE SUS HIJOS, A PROPÓSITO DE SU RELAC.) Sé que cuando uno ve las cosas desde fuera, cuando uno no se siente complicado en ellas, es muy fácil proclamar qué es lo malo y qué es lo bueno. Pero cuando uno está metido hasta el pescuezo en el problema las cosas cambian, la intensidad es otra, aparecen hondas convicciones, inevitables sacrificios y renunciamientos que pueden parecer inexplicables para el que sólo observa...
...ojalá te sientas a la vez protector y protegido...
...Era tan linda.¿Verdad que sí? Comprendo que a lo mejor esa representación mía tiene poco que ver con lo que verdaderamente fue mamá. Sin embargo ES ASÍ CMO ELLA EXISTE PARA MI.
...estabas muy solo ...y te he visto revivir...

Este día con Avellaneda (APELLIDO DE LA CHICA) no es la eternidad... No es la eternidad pero es el instante que, después de todo, es su único sucedáneo verdadero. Así que tengo que apretar el puño, tengo que gastar esta plenitud sin ninguna reserva, sin previsión alguna. Quizá después (...) haya muchos días como este (...) Quizá, solo quizá. Pero este Mientras Tanto tiene el alivio, la garantía de lo que es, de lo que está siendo.

NO VOY A CONTAR EL FINAL

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