viernes, 8 de julio de 2011

Sobre la pintura y la vida

Pintar un cuadro es algo que requiere programación, organización de la actividad en etapas, más aún si no practicás nunca, podés verte en la necesidad de recurrir a dimensionar tu dibujo con la ayuda de una escala, para asegurarte de no caer en la desproporción; todo lo cual lleva tiempo y dedicación que exige superar la ansiedad de querer verlo realizado YA. Si no, por más groso que seas te va a salir una pieza mediocre a comparación no ya de lo que podría hacer OTRA persona, si no a comparación de lo bueno q podrías hacer vos (no veo la utilidad de compararse con OTRA persona) si realmente hicieses el procedimiento BIEN y con tranquilidad y alegría.
Igual es en la vida. Si querés algo bien hecho y que después pueda reportarte la felicidad que esperás, está bueno que seas capaz de ser paciente; no es que "lo bueno cuesta" si no que necesariamente lleva tiempo y etapas. Si no, resulta CUALQUIERA indefectiblemente. 
Y ojo que al final las etapas no están malas! cada una tiene aspectos que podés rescatar y aprovechar y disfrutar si dejás de lado la ansiedad y te dedicás a vivir ESO: lo que estás viviendo, lo que te tocó ahora.
Si lo vivís así, te aseguro que esa actitud va a multiplicar tus panes y te va a reportar momentos cada vez mejores para vos.
"Al que madruga Dios lo ayuda" ???...no me parece que sea necesariamente así. 
Más bien ayuda al que siembra y riega las plantas cantando.


SOBRE EL TRANSPORTE PÚBLICO EN LAS INMEDIACIONES DE BUENOS AIRES

COSAS QUE ESTORBAN:
  • Sentirte como una pelotita de las que conforman telgopor: no me copa integrar un bloque compacto junto con otras personas, más aún en el subte donde no abunda el aire...si te descuidás le das un pico al de al lado...o cosas peores.
  • Los que venden discos compactos y van con un equipo de música a pilas.
  • Los que escuchan "música" en el teléfono con  altavoz; lo peor es que se creen que le hacen un favor gigante a la comunidad con su musicalización. Muchachos, para qué existen los auriculares?? aparte se escucha MAL en altavoz, se nota que no saben apreciar la música.
  • Los vendedores ambulantes que "depositan" sus mercancías encima tuyo, para peor si estabas dormitando te sobresaltan maaaaal, y si estabas leyendo los descarados te tiran las cosas encima del libro!! ingratos maleducados! cero marketing
  • Obviamente estorba ir en un tren y que este detenga su marcha en el medio de la nada sin razón aparente y por tiempo indeterminado
  • Decirle al bondinero: "Hasta Panamericana y 197"...que te cobre 2,50 como asintiendo que va a pasar por ese lugar, además te aclara que te cobra 2,50 porque es SERVICIO RÁPIDO y  15 min después alguien te toca el hombro para que te bajes porque terminó el recorrido; ves para fuera: junio, 7.15 am, noche cerrada, lluvia jodida en Tigre donde están las banderitas...y la ruta 197 donde está Señorrrrrrrrrrrrrrr???
  • Lo más ridículo: tener que pagar el boleto si o si con menedas...y el Sistema Unico de Boleto Electrónico para cuándo?? Lo bueno es que por lo menos hay unos chaboncitos que les das 10 pe y te dan a cambio 8 pe en monedas y 2 alfajores "Fulbito"...que en casos extremos salen como trompada!!!

miércoles, 22 de junio de 2011

HAY QUE SER REALMENTE IDIOTA PARA (parte III) - J.C. en "La vuelta al día en ochenta mundos"

 A mi eso me sorprende un poco, porque en realidad el entusiasmo no es una cosa que se gaste cuando se es idiota, se gasta cuando uno es inteligente y tiene sentido de los valores y de la historicidad de las cosas, y por eso aunque yo corra de un lado a otro del Bois de Boulogne para ver mejor el pato, eso no me impedirá esa misma noche dar enormes saltos de entusiasmo si me gusta como canta Fischer Dieskau. Ahora que lo pienso la idiotez debe ser eso: poder entusiasmarse todo el tiempo por cualquier cosa que a uno le guste, sin que un dibujito en una pared tenga que verse menoscabado por el recuerdo de los frescos de Giotto en Padua. La idiotez debe ser una especie de presencia y recomienzo constante: ahora me gusta esta piedrita amarilla, ahora me gusta L´année dernière à Marienbad, ahora me gustas tú, ratita, ahora me gusta esa incríble locomotora bufando en la Gare de Lyon, ahora me gusta ese cartel arrancado y sucio. Ahora me gusta, me gusta tanto, ahora soy yo, reincidentemente yo, el idiota perfecto en su idiotez que no sabe que es idiota y goza perdido en su goce, hasta que la primera frase inteligente lo devuelva a la consciencia de su idiotez y lo haga buscar presuroso un cigarrillo con manos torpes, mirando el suelo, comprendiendo y a veces aceptando porque también un idiota tiene que vivir, claro que hasta otro pato u otro cartel, y así siempre.

HAY QUE SER REALMENTE IDIOTA PARA (parte II) - J.C. en "La vuelta al día en ochenta mundos"

Me gustaría defender a los mimos checos o a los bailarines tailandeses porque me han parecido admirables y he sido tan feliz con ellos que las palabras inteligentes y sensatas de mis amigos o de mi mujer me duelen como por debajo de las uñas, y eso que comprendo perfectamente cuánta razón tienen y cómo el espectáculo no ha de ser tan bueno como a mi me parecía (pero en realidad a  mi no me parecía que fuese bueno, ni malo ni nada, sencillamente estaba transportado por lo que ocurría como idiota que soy, y me bastaba para salirme y andar por ahí donde me gusta andar cada vez que puedo, y puedo tan poco). Y jamás se me ocurriría discutir con mi mujer o con mis amigos porque sé que tienen razón y que en realidad han hecho muy bien en no dejarse ganar por el entusiasmo, puesto que los placeres de la inteligencia y la sensibilidad deben nacer de un juicio ponderado y sobre todo de una actitud comparativa, basarse como dijo Epitecto en lo que ya se conoce para juzgar lo que se acaba de conocer, pues eso y no otra cosa es la cultura y la sofrosine. De ninguna manera pretendo discutir con ellos y a lo sumo me limito a alejarme unos metros para no escuchar el resto de las comparaciones  y los juicios, mientras trato de retener todavía las últimas imágenes del pez fosforescente que flotaba en mitad del escenario, aunque ahora mi recuerdo se ve inevitablemente modificado por las críticas inteligentísimas que acabo de escuchar y no me queda más remedio que admitir la mediocridad de lo que he visto y que sólo me ha entusiasmado porque acepto cualquier cosa que tenga colores y formas un poco diferentes. Recaigo en la consciencia de que soy idiota, de que cualquier cosa basta para alegrarme de la cuadrícula de la vida, y entonces el recuerdo de lo que he amado y gozado esa noche se enturbia y se vuelve cómplice, la obra de otros idiotas que han estado pescando o bailando mal, con trajes y coreografías mediocres, y casi es un consuelo pero un consuelo siniestro que seamos tantos los idiotas que esa noche se han dado cita en esa sala para pescar y bailar y aplaudir. Lo peor es que a los dos días abro el diario y leo la crítica del espectáculo, y la crítica coincide casi siempre y hasta con las mismas palabras con lo que tan sensata e inteligentemente han visto y dicho mi mujer o mis amigos. Ahora estoy seguro de que no ser idiota es una de las cosas más importantes para la vida de un hombre, hasta que poco a poco se me vaya olvidando, porque lo mejor peor es que al final me olvido, por ejemplo acabo de ver un pato que nadaba en uno de los lagos del Bois de Boulogne, y era de una hermosura tan maravillosa que no pude menos que ponerme en cuclillas junto al lago y quedarme no sé cuánto tiempo admirando su hermosura, la alegría petulante de sus ojos, esa doble línea delicada que corta su pecho en el agua del lago y que se va abriendo hasta perderse en la distancia . Mi entusiasmo no nace solamente del pato, es algo que el pato cuaja de golpe, porque a veces puede ser una hoja seca que se balancea en el borde de un banco, o una grúa anaranjada, enormísima y delicada contra el cielo azul de la tarde, o el olor de un vagón de tren cuando uno entra y se tiene un billete para un viaje de tantas horas y todo va a ir sucediendo prodigiosamente, las estaciones, el sandwich de jamón, los botones para encender o apagar la luz (una blanca y otra violeta), la ventilación regulable, todo eso me parece tan hermoso y casi tan imposible que tenerlo ahí a  mi alcance me llena de una especie de sauce interior , de una verde lluvia de delicia que no debiera terminar más. Pero muchos me han dicho que mi entusiasmo es una  prueba de inmadurez (quieren decir que soy idiota pero eligen las palabras) y que no es posible entusiasmarse así por una tela de araña que brilla al sol, puesto que si uno incurre en semejantes excesos por una tela de araña llena de rocío, ¿qué va a dejar para la noche en que den King Lear?

HAY QUE SER REALMENTE IDIOTA PARA (parte I) - J.C. en "La vuelta al día en ochenta mundos"

Hace años que me doy cuenta y no me importa, pero nunca se me ocurrió escribirlo porque la idiotez me parece un tema muy desagradable, especialmente si es el idiota quien lo expone. Puede que la palabra idiota sea demasiado rotunda, pero prefiero ponerla de entrada y calentita sobre el plato aunque los amigos la crean exagerada en vez de emplear cualquier otra como tonto, lelo o retardado y que después los mismos amigos opinen que uno se ha quedado corto. En realidad no pasa nada grave, pero ser idiota lo pone a uno completamente aparte, y aunque tiene sus cosas buenas es evidente que de a ratos hay como una nostalgia, un deseo de cruzar a la vereda de enfrente donde amigos y parientes están reunidos en una misma inteligencia y comprensión, y frotarse un poco contra ellos para sentir que no hay diferencia apreciable y que todo va benissimo. Lo triste es que todo va malissimo cuando uno es idiota, por ejemplo en el teatro, yo voy al teatro con mi mujer y algún amigo, hay un espectáculo de mimos checos o de bailarines tailandeses y es seguro que apenas empiece la función voy a enconrar que todo es una maravilla. Me divierto o me conmuevo enormemente, los diálogos o los gestos o las danzas me llegan como visiones sobrenaturales, aplaudo hasta romperme las manos y a veces me lloran los ojos o me río hasta el borde del pis, y en todo caso me alegro de vivir y de haber tenido la suerte de haber ido esa noche al teatro o al cine o a una exposición de cuadros, a cualquier sitio donde gentes extraordinarias están mostrando o haciendo cosas que jamás se habían imaginado antes, inventando un lugar de revelación y de encuentro, algo que lava de los momentos en que no ocurre nada más que lo que ocurre todo el tiempo.
Y asi estoy deslumbrado y tan contento que cuando llega el intervalo me levanto entusiasmado y sigo aplaudiendo a los actores y le digo a mi mujer que los mimos checos son una maravilla y que la escena en que el pescador echa el anzuelo y se ve avanzar un pez fosforescente a media altura es absolutamente inaudita. Mi mujer también se ha divertido y ha aplaudido, pero de pronto me doy cuenta (ese instante tiene algo de herida, de agujero ronco y húmedo) que su diversión y sus aplausos no han sido como los míos, y además casi siempre hay con nosotros algún amigo que también se ha divertido y ha aplaudido pero nunca como yo, y también me doy cuenta de que está diciendo con suma sensatez e inteligancia  que el espectáculo es bonito y que los actores no son malos, pero que desde luego no hay gran originalidad en las ideas, sin contar que los colores de los trajes son mediocres y la puesta en escena bastante adocenada y cosas y cosas. Cuando mi mujer o mi amigo dicen eso - lo dicen amablemente, sin ninguna agresividad - yo comprendo que soy idiota , pero lo malo es que uno se ha olvidado cada vez que lo maravilla algo que pasa, de modo que la caida repentina en la idiotez le llega como al corcho que se ha pasado años en el sótano acompañando al vino de la botella y de golpe plop y un tirón y no es más que corcho.

martes, 14 de junio de 2011

A veces se me va escribiendo

Me está pasando algo raro pero que ya he experimentado. Tengo mucho sueño; anoche no pude descansar; hoy llegué temprano del laburo y me iba a ir a dormir una indispensable siesta reparadora...pero no le hice caso a la naturaleza y en vez de dormir me puse a tratar de bajar un programa que finalmente era un poco complicado y me empezó a agotar de repente...me suele pasar que las actividades computadorísticas me atrapan pero me agotan (debe ser que trato de manejarme por instintos en una materia que básicamente no se rige por esas reglas si no por unas desconocidas para mi y cuyo descubrimiento no me entusiasma). Eso raro que me empezó a pasar es que me limé estando muy cansada. El cansancio (sueño) es uno de los estados que te pueden hacer lamentar estar viviendo ese instante...pasa que pasa más desapercibido que los otros dos que son el frío y la enfermedad...si fueras un niño estarías llorando. Si fuera una niña probablemente estaría llorando...pero la computadora me alteró el cerebro y aunque finalmente decido descansar, mi mente alterada no me deja, y empiezo a pensar "boludeces" consistentes en: me quiero dormir, quiero descansar, no quiero estar más así, me quiero relajar, no puedo, porqué no puedo, quiero que alguien venga y me ayude, quiero que venga alguien y me abrace, quiero que venga alguien y me acaricie la espalda, pero no va a venir nadie, no le puedo pedir a nadie, porque esas cosas no se piden, si hay que pedirlas no tienen sentido, y serían una farsa, o porahi no...no sé si a mi me molestaría hacer eso por alguien que lo necesite...no lo haría por un desconocido...para tanto no me da. Pero por alguien que conociese y valorase y yo viese que lo necesita creo que sería bueno regalarle eso. El problema es que a mi no me alcanza del todo con esa movida; claro que lo valoraría grandemente y porahi me haría quebrarme como me pasa cada vez que alguien me demuestra su cariño.
No tengo idea si el bótox es líquido o en qué estado se presenta, pero se me está ocurriendo que pareciera que me vine tomando un trago por día...pero en vez de sacarme las arrugas de la piel va por adentro...en general tengo una tendencia jodida a ponerme impermeable, rígida, a tratar de ser insensible, inmune,  a...a ver si encuentro palabras que lo expresen...al calor, al cariño, a que mis sentimientos trasciendan mi cuerpo y se expandan al mundo, a fundirme con él. Y no entiendo porqué hago eso, porqué me reprimo de esa forma, es totalmente inconsciente, es más fuerte que yo, una y otra vez caigo en eso y cuando me doy cuenta mi ego no me deja dejarlo, no me deja ablandarlo y no entiendo el sentido de este mecanismo ridículo que evidentemente no me trae nada bueno, no me deja en paz, no me deja sentirme feliz. Cuando veo que alguien me valora y me quiere es como si me estuviera metiendo el dedo en la llaga de la sensibilidad y me porto como esos animalitos marinos que parecen plantas, anémonas creo q se llaman, que cuando las tocás se cierran totalmente. En general, en el día a día caigo en eso...pero a veces aparece algo en el aire que me hace empezar a querer dejar morir eso, tirar todo por la ventana, a la basura y que explote en mil  pedazos todo al carajo.
Y después viene y me dice NO. Quedate así. Quedate así más tiempo. Y no me queda otra. ¿y no me queda otra? me cuesta creer ser tan estúpida...pero NO ENCUENTRO EL ANTÍDOTO, sigo comiendo botox y sigo queriendo comer cosas que por más que en el prospecto adjunto dicen: "en tu caso, esto te va a caer como veneno"...yo sigo pensando...no...las contraindicaciones nunca le pasan a nadie, y por más que a mi ya me pasaron mil veces sigo ingiriendo y queriendo ingerir eso. Será posible???

Al fin y al cabo...
....y a pesar de todo lo que acabo de decir; 
no me quiero condenar
...la verdad es que lo que busco, lo busco con la mejor intención del mundo para mi y para quien resulte implicado.
Me gustaría que me den eso con el alma, como también a mi me gustaría poder darle lo mismo a alguien con mi alma entera, y "darle eso" sería poder curale el alma a él.

PD: A veces se me va escribiendo: y esta es una de ellas.

miércoles, 1 de junio de 2011

dilema diario

El tema de la comida es un problema jodido. no se puede estar comiendo delivery todos los dìas...mas allà del tema monetario, no me copa mucho la comida cocinada en lugares pùblicos (por lo menos la de los lugares pùblicos a los cuales yo les podrìa comprar todos los dìas)...claro, la harto repetida frase pero no por eso menos cierta: "con guita cualquiera es piola"...pero nosè...es como q todo tiene el mismo gusto...y si va a tener el mismo gusto, por lo menos q sea mi culpa! una buena soluciòn, si te ponès media pila para ir a comprar, es meter carne y verduras al horno ( acabo de descubrir que la berenjena al horno es lo màs) y la clave es: mientras se hace te tomàs un vinito con queso, vas leyendo un buen libro (cortaron el cable y aparte la televisiòn apesta - creo - en realidad no la veo nunca) y asì la pasàs fantàsticamente hasta q derepente hay olor a comidita rica y ya! vas y està hecho! es fantàstico!

jueves, 10 de febrero de 2011

recien estuve viendo mis fotos del caralibro q no veia hace mil y pude constatar que ahora estoy mucho mas buena q antes, una grata sorpresa
es eso o soy muy poco fotogenica